Barcelona a través del espejo de la moda
(PARTE II)
The Brandery se ha convertido, efectivamente, en un post fashion circus, como pretendía en su primera edición. Como no genera negocio profesional, hagamos de ello una fiesta para el público en general, que, además, es quién paga el evento, financiado con dinero público. El Ayuntamiento es así de generoso…
El 080 Barcelona Fashion se ha convertido en un despropósito tal, que se me hace dificil no ser dura con la organización aprofesinoal, por política, del evento. Ni tienen idea de lo que es una pasarela de moda, ni para qué sirve, ni criterio para hacer el proyecto coherente. Mango y Desigual encantados de tener clipping gratis a cambio del sinsentido de desfilar; la mayoría de diseñadores emergentes sin ser siquiera una empresa (y, por lo tanto, incapaces de hacer frente a ningún pedido comercial, que, avanzo, dudo que llegue: nunca se concretan al final, nunca hay negocio); empresas de calcetines, jerseys, pañuelos y pijamas desfilando… Ni en los mejores sueños de Buñuel. Y todo ello pagado con dinero público también, esta vez gracias a la prodigalidad de la Generalitat. Un dinero directamente tirado a la basura. Los políticos siempre tan acertados, y con los tiempos que corren. ¿Dónde quedó el seny catalán?
La realidad de la moda en Barcelona es un autoengaño. Se engañan las instituciones públicas, los diseñadores y los medios de comunicación. Fabrican una realidad que sólo sirve para complacer a algunos y salir en la foto todos. Porque de eso se trata para la gran mayoría: conseguir desfilar una y otra vez sin que sirva más que para curarse el ego, eso sí, a cargo de todos los contribuyentes. El mal de la moda en este país se llama política, y mientras sea ella la que lleve las riendas, mal parada irá la moda. Pero también es verdad que la culpa no es suya, sino de la incultura supina que tenemos en este país.
Estamos a años luz de Italia, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos o, incluso, Bélgica, que han hecho de la moda una parte importante de su PIB y de su patrimonio cultural. Aquí no sólo desconocemos nuestro patrimonio, sino que el negocio sólo lo genera Inditex, Mango, Desigual, algunas marcas de calzado y poco más. Ésa es la realidad del mercado, que es quien siempre manda en esto de la moda. Y el mercado dice que al año cada vez gastamos menos en moda: menos de 500 euros al año. Un capital que da para mucho en Zara & Co. y muy poco en otros lados.
Aquí siempre viviendo al otro lado del espejo… Lo de Alicia fue una aventura, pero lo de Barcelona es toda una historia que, de momento, no tiene punto final.
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