ARTICULO: CLARIN ECONOMIA
FECHA: 16/12/2012
En ARGENTINA se consumen 60 millones de metros anuales de denim.
La profundización del cepo cambiario y las trabas a las importaciones modificaron el panorama de la producción del jean, considerada la segunda piel de los argentinos. Entre los favorecidos figuran los fabricantes de denim, tal como se conoce a la tela de lona, insumo básico para el segmento fashion y la ropa de trabajo: con un crecimiento estimado del 7% en el sector, la industria argentina de los “vaqueros” ya acapara el 75% de los más de 60 millones de metros de denim que se consumen anualmente en el país.
Casi todos los fabricantes de denim tienen planes de expansión, en un sector en las que se destacan las brasileñas Alpargatas y Tavex (ambas del grupo Camargo Correa), VF y Santanta, y las nacionales Fibraltex y Algosedán. Todas, en mayor o menor medida, abastecen a las marcas más importantes, por caso, Levi´s, Zara y Diesel. Además de la elaboración del tejido, la empresa VF, por ejemplo, es licenciataria de tres marcas reconocidas: UFO, Lee y Wrangler. Unas y otras, de todos modos, apelan a los servicios de acabado que ofrecen una decena de talleres emplazados en Pergamino, en las afueras de Buenos Aires.
Desde hace años, la implementación, primero, de las licencias no automáticas y, posteriormente, las restricciones anti-dumping que frenaron el ingreso del denim chino, motivaron el desembarco brasileño en el país, a través de la compra de empresas argentinas. Así quedó configurado este mercado emblemático de tejidos de algodón y teñido índigo, conocido como jeanswear . La cadena congrega desde fabricantes a comercializadores, pasando por diseñadores, lavaderos y talleres de confección.
En cuanto a la tela, se estima que apenas media docena de proveedores concentra más del 70% de la participación total. Y casi todas, son de capital brasileño. Sólo en concepto de tejidos, el denim está moviendo una suma aproximada de $1.500 millones por año. El precio del metro, en rollos que van de 100 a 150 metros, es de $25 a $35, dependiendo de su calidad.
Referente en el mercado del llamado jeanswear , Alpargatas suministra a marcas de alto rango, por caso, Levi´s, UFO, Lee, entre otras. En sus tres plantas, esta firma textil que exporta el 15% del denim de las ventas en el negocio a la región y a Europa, recurre a tres técnicas de última tecnología: open-end, anillos, y core-spinning.
Tavex, por su parte, aterrizó en la Argentina en 2010, y rápidamente consiguió escalar posiciones. En el espacio fashion se calcula que retiene el 60% de la demanda interna. Presente en 50 países y considerada la mayor productora de denim diferenciado en el mundo, Tavex lleva invertidos en su fábrica de Tucumán más de $70 millones. También juega fuerte en la producción de workwear (ropa de trabajo), un nicho en el que acapara actualmente el 45% de la torta en la región. “Esta fuerte apuesta nos permitió mejorar los tejidos y acabados locales de alta calidad, aunque tampoco descuidamos los productos estándar”, explica Marcelo Arabola, director de Administración y Control de Tavex para América Latina.
En plan de sustituir importaciones, la brasileña Santana se instaló hace cinco años en el país, lo que constituye su primera apuesta fuera de Brasil. Emplazada en Puerto Tirol, Chaco, desembolsó más de $75 millones para ampliar la fábrica y duplicar su producción, lo cual le permite elaborar alrededor de 15 millones de metros al año.
Después de una veintena de años operando en el sector argentino, aunque a través de importaciones y talleres contratados, Vicunha decidió levantar también una fábrica propia. Con un plan de inversión que contempló US$40 millones, se radicó en la localidad de Pocitos, San Juan. Y a menos de un año, el mayor fabricante de denim de Brasil absorbió cerca del 20 % de demanda argentina.
“No va a ser fácil el año próximo: la crisis en la zona euro, un comprador importante, inducirá a la sobreoferta”, pronosticó Marco Meloni, presidente de la Fundación Pro Tejer, una de las cámaras textiles.
Las pymes avanzan La saturación de la demanda dio luz verde a las pequeñas y medianas empresas especializadas en denim, muchas de las cuales trabajan en conjunto con los grandes jugadores. En la ciudad bonaerense de Pergamino se contabilizan unos 100 talleres de confección, que concentran el 90% de las tareas de bordados y cortes en los pantalones de cinco bolsillos. En el caso de los lavados y el tratamiento, además de ser fundamentales, representan el 50% del valor de cada jean ya confeccionado y sin proceso, cuyos costos rondan los $50.
Los métodos de la tendencia se dividen en básicas (estático y enjuague), medias (lijados manuales o técnicas de rotura) y premium.
Con dos plantas industriales y 400 empleados, el lavadero rosarino Virasoro es uno de los más destacados en el servicio que el conjunto de lavanderías. Por el lado de los accesorios, aparece la firma Apholo, que abastece de remaches y botones metálicos al grueso de los jeans fabricados en el país.
Además de comercializar, la empresa VF Jeanswear confecciona y procesa la tela en sus dos plantas. Desde esta firma, que maneja las marcas Wrangler, Lee y UFO, dicen que “el balance de 2012 es muy bueno”. Y añaden que “si bien que hay una crisis, a nivel mundial, la región se muestra como muy interesante para invertir y crear”, confió un ejecutivo de VF.
Desde otra perspectiva, la especialista en moda DnimLab advirtió sobre el alza de precios: en un informe la consultora destaca que los tejidos subieron más del 5%, en tanto los talleres de confección y lavandería se incrementaron en un 10%.
LEA LA REFERENCIA DEL ARTICULO DE CLARIN REFERIDO A INFORME DNIMLAB
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