Con cifras de ventas astronómicas, el denim lidera el mercado textil europeo. El nacimiento del primer colegio dedicado al tejido rey, en Ámsterdam, asegura la continuidad de su imperio.
Educar a la próxima generación de diseñadores. Ese es el objetivo de Jean School, una iniciativa de la plataforma House of Denim –creada para promocionar el sector– en colaboración con la Universidad de Ámsterdam ROCvA. El programa, que dura tres años, pretende enseñar a sus 18 alumnos todos los aspectos de la industria, desde la creación de patrones hasta los procesos de lavado, pasando por estrategias de compra y venta. Un proyecto educativo con un claro trasfondo empresarial: dominar la industria.
La producción sostenible es uno de los principales contenidos de este curso. «Este programa se levanta en la encrucijada entre las técnicas tradicionales del oficio y los avances de un diseño sostenible», cuenta Veenhoff. «Queremos crear una industria más inteligente, limpia y seca». Para ello, la escuela se ha asociado con KICI, la principal organización benéfica de Holanda dedicada a la recolección de ropa. Ellos se encargarán de donar prendas para que los estudiantes trabajen, a la vez que desarrollan un tejido vaquero propio usando piezas recicladas, así como tintes y tejidos de producción local. Todo ello bajo el lema con el que Veenhoff concibió el proyecto hace ya cinco años: Heading for a brighter blue (en español, en busca de un azul más brillante). «Cuando terminen, no serán solo diseñadores, sino artífices del denim».
Prueba de ello es el caso de Wrangler, que ha elegido Alemania para abrir su primera tienda propia en el continente. Si el precio medio de un vaquero de la firma ronda entre los 60 y los 100 euros en Europa, en Estados Unidos no llega a la mitad. ¿Timo? «El diseño es el mismo», explica el presidente de Wrangler International, Frans van Zeeland, «pero la confección es más elaborada y los estándares de fabricación mucho más altos para el mercado europeo».
Parte del éxito del vaquero se debe a la nueva variedad de colores, acabados y diseños que existen en el mercado. Y es que en ningún otro sector de la moda la innovación es tan crucial. «Los diseñadores europeos ven las posibilidades creativas del tejido denim para reinventarlo desde un punto de vista en el que el estilo adquiere mayor protagonismo», afirma Shubhankar
. «Respetamos su origen como uniforme de trabajo, pero lo convertimos en una pieza de diseño».
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