EL GOBIERNO CUBANO IMPORTA TEJIDOS DENIM DE CHINA PRINCIPALMENTE Y UNOS POCOS LA ADQUIEREN Y CONFECCIONAN JEANS
NO SON TEJIDOS NI MERCADERIA DE PRIMERA, SON SALDOS DE PAISES ORIENTALES & EUROPA.
Las vidrieras acumulan prendas que a duras penas se ven a través de vidrios muy envejecidos. En ellas, afiches de perfumes de Lolita Lempika y Nina Ricci conviven con un paisaje de T-shirts y pantalones fuera de temporada.
De Miami o Panamá traen de contrabando todo lo peor, de Ecuador o de los polígonos Chinos a las afueras de Madrid, pasando por la aduana de Cuba, recibimos unos modelos espantosos que hoy distinguen la imagen de miles y miles de cubanos. Jeans bordados con pedrería, licras fosforescentes, carteles y anuncios de todo tipo, unos raros pañuelos que se amarran al cuello luciendo estampados diversos, acompañados con zapatos de madera que suenan y se hacen sentir en los espacios públicos, así como bolsos horribles que agreden la vista, o las siempre falsas imitaciones de carteras clásicas.
Que lo sepa de una vez Louis Vuitton, en La Habana no resulta nada caro llevar un bolso de ese nombre.
LOS MEJORES JEANS AUTENTICOS CON LA HISTORIA EN SUS DESGASTES DEBEN SIN DUDA ENCONTRARSE EN CUBA, EL LUGAR QUE POR 53 AÑOS SE DETUVO EN LA HISTORIA
HECHOS
"y.. Nos quedamos desnudos frente al espejo de problemas. Los zapatos se fueron agotando y era muy complicado encontrar la vía de cómo vestir, el tema era simple, lograr andar limpio y calzado."
Con el triunfo de la Revolución Cubana cambiaron no pocos cánones. El fenómeno social influyó en todos los aspectos de la vida. El cambio de referentes políticos y las relaciones con los países socialistas marcaron algunas pautas en los diseños. La moda perdió su carácter exclusivista y se convirtió en un patrón al alcance de todos.
Sin embargo, en 1986 se fundó la Casa Quitrín, bajo la dirección de la Federación de Mujeres Cubanas, que poseía la tarea de rescatar las tradiciones de la Isla en el vestir. Ana Martín Hernández, controladora de calidad de la tienda, dijo que actualmente la instalación ya no cumple una función tan importante como lo hacía antes del período especial.
“En la década de los 80, tienen lugar los desfiles de Cubamoda, acontecimientos que permitían presentar en los jardines de La Maison (actual Casa de la Moda Cubana) las creaciones de los diseñadores del país. Fueron años de cierto auge, hubo una especie de despertar. Actualmente no se desarrollan estos encuentros, ni otros como la Semana de la Moda, HABANABEL o la Semana del Diseñador Desconocido”, afirmó Ahumada Socarrás.
Aproximadamente medio millón de prendas de diseñadores eran fabricadas en un año por la Industria Ligera en las décadas de los 70 y 80, aseguró Gladys Egües. Ahora, la Unión de Confecciones Textiles produce 50 mil piezas, de las cuales solo el siete por ciento es ropa que se comercializa en la red de tiendas recaudadoras de divisas y el resto son piezas de uniformes.
Se ha perdido el límite entre la ropa de estar en casa o salir a la calle. Hemos perdido el sentido de la moda y su carácter simbólico a nivel personal y a nivel social.
Si echamos una mirada a nuestro alrededor nos daremos cuenta que en esas tiendas improvisadas, poco a poco desaparece nuestra identidad, entramos en un enorme túnel de estándares subdesarrollados, el mal gusto y el mal entendido nos envuelve, y uniforma para desfilar en una pasarela terrible de la que será poco probable salir bien parados y mucho menos bien vestidos.
PERO AUN ESTUDIAN DISEÑO
La estudiante de Diseño Weiny Chaviano aseguró que “la moda es un fenómeno que siempre ha estado dictado por las clases dominantes; pero no creo que en Cuba se exprese de esa manera. En nuestro país se usa lo que vemos en las películas, las revistas y las telenovelas de otros países”.
Otra de las causas que van en contra de la moda cubana es la desaparición de revistas especializadas como Opina, por lo que los estándares que se siguen son los de las publicaciones extranjeras. Solo pequeños artículos en las revistas Mujeres y Muchachas abogan por una cultura del buen vestir con sus consejos e ilustraciones.
“La Feria Internacional de Artesanía (FIART) y Arte en la Rampa son espacios que divulgan el trabajo de los diseñadores cubanos, pero no es suficiente para fomentar en el país una cultura propia del vestir”, comentó Michael Ahumada.
Pero, por otra parte reconoció que “aquí existe mucho talento por parte de los diseñadores y modelos comprometidos con este arte, lo que pasa es que no se cuenta con una industria que respalde el trabajo de los diseñadores y por eso sus creaciones no se reproducen, en la mayor parte de las ocasiones”.
Mario Freixas, diseñador del Fondo de Bienes Culturales explicó: “La ropa a la que acceden los cubanos se compra en otros países, y si no, se adquieren las telas y aquí solo las cosemos. Pero eso es un problema, porque la fisonomía del cubano es distinta a la de los chinos y los europeos”.
¿“TRAPISHOPINGS" o CUENTAPROPISTAS?
La mayoría de los mercaderes de ropa posee artículos con la bandera de Gran Bretaña porque fueron indumentarias que se fabricaron en grandes cantidades para los Juegos Olímpicos Londres 2012.
El gobierno traen exhedentes de lo que ya no se vende afuera y lo comercializan en Cuba
“Como estos productos ya no se venden en países desarrollados, son consumo de los tercermundistas. Muchos cubanos no son conscientes de este hecho y lo ven como un modo de vestir innovador”, expresó Lester Vila.
MODA-02
“Yo no compro la ropa que venden las tiendas particulares, pues es muy cara; mi salario no da para estar a la moda que se ve en las calles. Yo compro la ropa que necesito en las “trapishopings” que son más baratas e, incluso, algunas veces venden piezas de buena calidad”, afirmó Aurora López Fonseca, bibliotecaria de la escuela secundaria José Martí.
Las tiendas de los cuentapropistas se encuentran, en su mayoría, en calles como Galeano, Reina y San Rafael
Xiomara Delgado Quiñones, ama de casa de 76 años, expuso: “El único momento en que me encuentro con las ropas de diseñadores cubanos es en FIART y Arte en la Rampa; siempre son de hilo blanco. Yo no veo atuendos adecuados a mi edad en los establecimientos cubanos, todos son muy escotados y, además, me es muy difícil encontrar ropa interior de mi talla”.
La estudiante y modelo Daniela Espinosa Hernández, alegó que la red de tiendas recaudadoras de divisas o “shopings” no vende buenos vestuarios, y solo las boutiques poseen las más vistosas, pero sus precios están muy elevados. Por otra parte, Viviana Vázquez, estudiante de Historia del Arte, usa la ropa de su preferencia porque su abuela se la manda de España.
¿CÓMO QUEDA CUBA?
“Los principales interesados son los diseñadores, que se unan, que creen un asociación que defienda sus intereses. Ellos son los que deben cuidar la cultura del vestir del cubano, desarrollarlo y dar soluciones, ideas a partir de las circunstancias climáticas y sociales de nuestro país”, apuntó el diseñador Emiliano Nelson Guerra.
Lester Vila dijo que también se necesita una mejoría en la economía para que existan los suministros necesarios y desarrollar una industria en la Isla. Mientras que económicamente el país esté deprimido, no podrá desarrollarse la moda cubana.
“Cuba fue un país conocido por su buena cultura del vestir. Actualmente, la población necesita orientación de los que saben. Los habitantes están muy desinformados, se dejan llevar por lo que viene de afuera sin considerar si es realmente bueno, si realmente son piezas elegantes”, aseguró.
Por ahora, David se pone la ropa que posee. No puede cambiarla: la vida está muy cara. Pero le pide a su mamá que le recoja el bajo del pantalón y le apriete las camisas del uniforme escolar.