Selfie, o autofoto, es uno de los hashtags más populares hoy en día y uno de los fenómenos en la red más amados y odiados…. pero sin siquiera notarlo, el selfie frente al espejo ya tiene cien años. A la edad de 13 años, en 1914, Anastasia Nikoláyevna fue la primera adolescente en realizar un autorretrato fotográfico con la ayuda de un espejo y una cámara moderna. Y, claro está, Anastasia no era cualquier niña. Su nombre completo era Anastasia Nikoláyevn Romanova, la Gran Duquesa y princesa de Rusia. Sino, ¿de qué otro modo una joven de trece años podría tener una cámara en 1914?
Aparentemente, el acto de fotografiarse a sí misma fue un momento importante en la vida de Anastasia, como queda registrado en una carta a su padre el 28 de octubre de 1914:
Hice esta fotografía yo misma mirándome al espejo. Fue muy difícil ya que mis manos estaban temblando.
Según la leyenda, Anastasia no fue asesinada durante la Revolución Rusa como el resto de su familia, sino que fue la única sobreviviente desaparecida sin dejar rastro. Dando vida a varias impostoras que juraban ser Anastasia, la vida de la duquesa que sobrevivió demostró ser un mito. Anastasia murió junto a su familia en 1917 y lo único que ha hecho que sobreviva es su inocente y pionero selfie.
En nuestro mundo cada día nacen millones de imágenes de este mismo género, como algunas que sólo quieren impresionar con pseudos desnudos y luego desaparecen (recordar el caso de James Franco y Frank Ocean) o como a veces yo misma, simplemente porque estás aburrida esperando o quieres hacer algo divertido con tus amigos. Pero antes de todas nuestras variantes de autoretrato estaba el de Anastasia, la primera en retratarse a sí misma en su palacio ruso.